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SITIOS QUE VISITAR CERCA DE NUESTRO ENCLAVE



Los Cahorros.

Esta ruta nos ofrece un itinerario alternativo por Los Cahorros, pasando por sus eras y regresando por el Camino de la Solana; un paisaje de singular belleza, con inmejorables vistas del cañón y su entorno.


Río Monachil

La partida de esta ruta la iniciaremos en Monachil pueblo, ascendiendo por la calle Trinidad Carreras, caminando junto al río hasta llegar, tras la primera curva, a la Fuente del Piojo, en un desvío a nuestra derecha, que refrescará nuestros primeros pasos.


Fuente del video canal Andalucia turismo


Era Portachuelos


Tras una breve subida, nos encontramos con la era Portachuelos, vestigio de un pasado de cultivos de secano, trigo, centeno, espelta, avena e incluso cebada, cereales que cubrieron la mayor parte de estas tierras y que fueron utilizados, entre otras cosas, para hacer pan de diferentes calidades, techos para las chozas, comida para ganado... en ellas, después de haber segado, se trillaba la parva, se esparcía por la misma era, y a pleno sol, para que estuviese mas seca y se separase mejor la paja del grano, se pasaba el trillo tirado por un par de bestias.






Eras de los Renegrales

Descendemos por un carril entre huertas y cortijos con numerosos frutales que albergan gran diversidad de pequeñas aves; seguimos nuestro camino en dirección Cahorros Altos, para lo cual, tendremos que subir una gran pendiente hasta llegar a las eras de los Renegrales. Las eras han sido siempre estrategicamente construidas en zonas altas, dónde las corrientes de aire ayudaban a aventar la parva, y separar   en diferentes montones grano y paja una vez trillado.


Desde aquí obtenemos unas maravillosas vistas del cañón, conformado por unas inmensas paredes de roca caliza, excelentes para la práctica de la escalada.






Puente colgante

Nuestro camino continúa por el sendero que discurre por la izquierda y que va adentrándose en el desfiladero, hasta encontrarnos con las ruinas de la casa del guarda de la antigua central eléctrica, tras la cual, llegamos a la base del puente colgante de 63 metros de longitud. Éste, salva el río para dejarnos en el comienzo de la parte más angosta e impresionante del camino. En la parte superior de las paredes, en ocasiones podemos observar como éstas sobresalen a modo de cornisas, pudiendo imaginar un tiempo remoto, en que ambos lados estuvieron unidos, formando un gran túnel horadado por el agua y que aún podemos ver al llegar al túnel de las Palomas.